La historia de la salvación

Resumen

Todo catequista digno de tal nombre es un verdadero comunicador, una persona que pronuncia palabras con sentido, que resuenan con profundidad en la mente y en el corazón: de quienes lo escuchan. El auténtico catequista transforma la vida personal de sus catequizandos, anima la vida de la comunidad e influye en los cambios estructurales de su sociedad. El valor de sus palabras no proviene de su propia sabiduría sino de la fuerza de la Palabra de Dios que él proclama como portavoz o profeta. Su mediación es fundamental en la vida de la Iglesia.