La Ciudad que Dios quiere: una plaza y una mesa para todos
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Resumen
Desde la introducción, el autor nos deja claro el objetivo de su texto, a la vez que nos muestra su estilo literario y nos induce a una lectura interpelante en la que se insertan ejemplos concretos y cotidianos: “La ciudad moderna, globalizada por la tecnología fría y sin alma, amordazada por la funcionalidad y por la utilidad, con una política sometida al mercado y a la producción y consumo, ciudad extendida y sin muros de contorno pero con horizonte menor que el cielo, aparentemente sin Reino de Dios a la vista, también debe ser sometida al examen crítico de la visión escatológica del profetismo y de las historias comparadas que, en nuestro caso, la Escritura posibilita para que podamos elaborar una teología ‘cristiana’ de la ciudad hoy”.
El texto, encaminado a ofrecer elementos para una teología de la ciudad, está estructura en tres partes. En la primera parte nos ofrece una visión de la ciudad escatológica, la que Dios quiere; en la segunda parte hace una presentación sumaria de la ciudad histórica, con sus contradicciones que demandan una palabra profética; finalmente, en la tercera parte, el autor nos ofrece algunos elementos para una teología del espacio público y una pastoral correspondiente a dicho espacio.