Tenemos claro que nuestra comunión eclesial se construye desde la común y fundamental dignidad que se nos regala en el bautismo a la vez que desde la diversidad de vocaciones específicas, carismas, ministerios y funciones que el Espíritu va inspirando y a los cuales cada uno de los creyentes procura responder. Sobre esta base, el Concilio Vaticano "destaca la excelencia del orden de los presbíteros dentro de las cambiantes circunstancias humanas y pastorales (cfr. PO 1).
Nuestros obispos latinoamericanos, en el número 192 del documento de Aparecida, dejan asentado que: "Una mirada a nuestro momento actual nos muestra situaciones que afectan y desafían la vida y el ministerio
de nuestros presbíteros. Entre otras, la identidad teológica del ministerio presbiteral, su inserción en la cultura actual y situaciones que inciden en su existencia" (DA 192). Con el título Ministerio y vida de los presbíteros, nuestra revista se abre a la reflexión sobre estas realidades.
Publicado: 2010-03-01